domingo, 17 de abril de 2011

Esclavos del sistema.

Por todos es sabido que uno de los principales puntos que el MARXISMO defendía era la eliminación de las distintas clases sociales para así, dar lugar a una SOCIEDAD PERFECTA.
Negar esta afirmación sería, sin duda, algo completamente ilógico, ya es obvio el hecho de que si ninguna persona estuviera por encima de otra (en cuanto a clase se refiere), la sociedad rozaría la perfección, si no la alcanzara. Aún así, debo añadir (en mi opinión) que este pensamiento es totalmente utópico, puesto que es imposible concebir la idea de una sociedad carente de clases sociales, ya que jamás se dará el caso en el que no existieran ni dominantes ni dominados.


Desde el principio de los tiempos, la sociedad ha estado directamente influida por la CLASE DOMINANTE. La mayor parte de las ideas que siempre hemos creído nuestras pertenecen realmente a otros; a aquellos que forman parte de la clase dominante.
Poseen cierto control sobre la creación, producción y distribución de ideas, por lo que les resulta ridículamente fácil manipular y controlar el pensamiento de los dominados; es decir, NOSOTROS. ¿Por qué si no la ideología predominante entre los dominados iba a ser tan fiel y servicial al sistema de una forma casi ciega? Porque es lo que les interesa a aquellos cuatro gatos que tienen el poder; que trabajemos, paguemos impuestos, etc. sin preguntarnos ni siquiera cuál es el motivo por el que lo hacemos. ¿Por qué si no tuvo tanta importancia la religión allá por el siglo XV? Porque el clero era uno de los estamentos más poderosos y, por lo tanto, que más influencia ejercía sobre el pueblo llano. Sin embargo, podemos excusar a los campesinos de entonces alegando que eran analfabetos e incultos, sin apenas conocimientos, pero... ¿dónde nos deja esto a nosotros, los campesinos, el pueblo llano de hoy día? ¿Tampoco tenemos cultura y padecemos un alto grado de analfabetismo como para no protestar?




Ainhoa Vázquez Montoya.

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