El deseo necesario es como una prisión, y un completo sometimiento porque la vida gira al rededor de su cumplimiento y la felicidad es totalmente dependiente de el. El deseo innecesario produce una gran satisfacción si se lleva a cabo y en el caso contrario no afecta al estado de ánimo, en este tipo de deseo no existe peligro al arriesgarte por cumplirlo.
En cambio puede que se de lugar a un tercer tipo de deseo, un deseo que se basa únicamente en impulsos, un deseo en el cual lo mas importante es intentar hacerlo realidad sin importar cual sea su resultado.
En conclusión, cuado no te juegas nada ni tienes opción a perder, tus habilidades aumentan a causa de la confianza que tienes en ese momento en ti mismo. Cuando intentas conseguir algo de lo que no dependes pero te sentirías muy satisfecho con su realización, las oportunidades bajan debido al nerviosismo generado. Y cuando la realización del deseo es totalmente necesaria para la felicidad las personas pierden el norte y están tan centrados en lo que pueden conseguir que se olvidan del esfuerzo que dicho deseo supone y pierden por completo la habilidad para llevarlo a cabo. Las enormes ganas de cumplir el deseo hacen que se deje a un lado el entusiasmo y el placer de llevarlo a cabo. El hecho de que tu mente este solo enfocada en el premio del triunfo se convierte en un enemigo que ciega de el verdadero propósito.
Los deseos siempre se han caracterizado por su gran dependencia. Todas y cada unas de las personas dependen de otra por simple estructura general, sin embargo la dependencia de otra persona para lograr la felicidad propia es fatídica para uno mismo y la alegría no puede depender de otra persona porque va en contra de la realidad, la felicidad esta dentro de cada persona y no puede provenir de algo exterior a uno mismo, y solo la exteriorización de cada persona puede hacerla feliz porque lo que provenga de fuera alentará mucho o poco pero no aportará nada de felicidad.
MªCarmen Gamez Perez
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