La envidia es un sentimiento que nos incita a querer algo que otro posee y nosotros no. En la mayoría de las ocasiones, la envidia es mala, ya que a veces puede llevarnos a cometer actos de los que nos podamos arrepentir más tarde. Por ejemplo: en el más extremo de los casos, matar a alguien. Aunque en algunas ocasiones podamos hablar de otro tipo de envidia, la envidia sana. Este tipo de envidia no daña a nadie y es muy común en todas las personas. Por ejemplo: si a un ser querido le toca la lotería, nos sentimos muy felices por él, aunque por dentro y a la vez nos invade un leve sentimiento de envidia, ya que también querríamos que nos tocara a nosotros.
Una persona envidiosa tiene un defecto como cualquier otra, si esa envidia no le lleva a cometer malas acciones y medio la sabe controlar. Por el contrario, una persona envidiosa y con mala condición puede llegar a casos extremos, por culpa de dicha envidia no controlada.
Generalmente, la envidia le atribuimos un concepto malo; pero si nos ponemos a pensar un poco, puede ser buena: puede llevarnos a querer hacer las cosas mejor o a esforzarnos por tener aquello que envidiamos.
Existen muchos sentimientos y estados de ánimo a los que atribuimos buenas ideas, como la alegría. La alegría puede presentarse como mala e inoportuna en el peor de los casos en el que alguien acaba de perder la vida.
NEWTON
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