miércoles, 11 de mayo de 2011

Sin límites.

Siempre se ha alabado el progreso técnico, ya que implica un gran grado de desarrollo social; hace nuestra vida infinitamente más fácil y cómoda pero, ¿realmente este avance solo conlleva consecuencias positivas? ¿Cuál es el precio a pagar por el bienestar de unos u otros?

Creo que es necesario que recuerde que gracias a las mismas "ciencia" y "técnica" que nos facilitan tanto la vida a algunos, dos ciudades japonesas fueron arrasadas en el año 1945, sin miramientos ni distinciones de ningún tipo; los norteamericanos no brindaron a estas PERSONAS la oportunidad de salvar sus vidas a la hora de lanzar sendas bombas atómicas. Y entonces yo me pregunto: ¿qué hubieran hecho los estadounidenses si Japón no hubiera capitulado? A sabiendas del mal que estaban causando, ¿hubieran continuado aniquilando ciudades hasta lograr la tan ansiada rendición? Porque según la Historia nos narra, una vez comprobados los devastadores efectos sobre Hiroshima, no dudaron en lanzar una segunda sobre Nagasaki.

¿Queda justificada tal matanza? ¡Por supuesto que sí! Por lo menos, para el gobierno norteamericano, que veía claramente preferible acabar con la vida de miles de inocentes que sacrificar a parte de su población librando batallas.

¿Cuál es la conclusión que saco de todo esto? La tecnología, ciencia, técnica, etc. no son en sí nada negativo, nada peligroso, nada dañino, siempre y cuando no caigan en las manos equivocadas.

Y es que para la maldad del ser humano, no existen límites.


Ainhoa Vázquez Montoya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario