martes, 15 de marzo de 2011

La Felicidad

Todos los hombres aspiran a la felicidad. Esta frase podría ser firmada sin muchos reparos por cualquier filósofo que pretenda reconocer una de las 
aspiraciones más dignas de todo ser humano, la de vivir «en plenitud». 
Pero los problemas comenzarán cuando empecemos a determinar en 
qué consiste esta plenitud y cómo lograr que nuestra vida esté «a 
rebosar», pues vivir «en plenitud» no es sólo vivir satisfecho, sino estar a punto de desbordar los límites de nuestra propia existencia. En este 
«rebosar» que supera el mero estar contento consiste la desmesura 
de la felicidad. ¿Qué es la Felicidad?: Será difícil llegar a un acuerdo sobre el modo de lograrla, porque para cada uno es una cosa distinta. En un nivel puramente conceptual puede existir acuerdo en que designa el bien supremo, la aspiración máxima del hombre; pero en un nivel puramente fáctico constatamos no sólo la dispersión en las realidades a las que nos referimos, sino la variabilidad con la que cada uno lo entiende
«... acerca de la naturaleza misma de la felicidad no hay acuerdo ni 
unanimidad entre los sabios y la multitud»

La realización de una buena acción puede proporcionarnos un instante de felicidad, pero no la felicidad plena, porque, tomada en serio, atañe al conjunto de nuestras acciones, a la suma de todos nuestros actos y, en definitiva, al conjunto de nuestro obrar. Por eso, aunque tengamos  instantes de felicidad, cuando nos preguntan si somos o no felices siempre intentamos evaluar y ponderar la totalidad de la vida que hasta entonces hemos llevado. 

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